"La vida es la suma de las elecciones que hacemos, tanto consciente como inconscientemente. Si podemos controlar nuestras elecciones, podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida. Podemos descubrir la libertad que reside en la capacidad de controlarnos a nosotros mismos" Robert F. Bennett.

TÚ eres responsable de las decisiones que tomas! Cuando comprendas esto, te darás cuenta de que sólo tú puedes actuar e influir en el camino de tu vida.

La elección consciente implica decidir lo que quieres ahora. Y luego pasar a la acción... porque sin una acción dirigida te quedas con la elección, sin conseguir lo que quieres.

Vivir en un estado de conciencia consciente implica:

  • Tomar conciencia de la realidad circundante.
  • Tomar conciencia de tus posibilidades y capacidades.
  • Ser responsable - es decir, ser responsable de una acción.
  • Vivir conscientemente significa estar atento, percibir y respetar la realidad, ya sea externa - objetiva o interna - subjetiva.
  • Ser consciente equivale a ser responsable en relación con la realidad. En otras palabras, elegir ver y reconocer lo que existe en lugar de fingir que no existe.
  • En cualquier caso, vivir conscientemente es elegir el estado mental más adecuado en relación con la acción en curso.

La vida consciente requiere cierto tipo de independencia intelectual.

Pensar no significa reciclar opiniones o juicios de otros, sino conectar acciones e ideas con nuestros propios valores, metas u objetivos.

Estar presente en mis actos significa dejar que la experiencia fluya libremente por mi conciencia, sin juzgar ni condenar.

Un ser humano consciente se asegura de que sus acciones y actividades respetan los objetivos preestablecidos, identificando su adecuación o inadecuación.

Vivir de verdad implica no mentir. Las mentiras más devastadoras no son las que decimos, sino con las que vivimos.

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La vida auténtica requiere congruencia

Una vida auténtica nace de la conciencia (estoy en contacto con mi experiencia mental y emocional, con mis impulsos y valores) y se desarrolla mediante la armonía del poder y la visión de conjunto.

Hay un punto crítico en nuestra experiencia que llamamos "despertar", cuando tomamos conciencia de nosotros mismos, de quiénes somos realmente, qué queremos y cuál es nuestro camino.

Es un momento magnífico, en el que nuestra experiencia nunca podrá perderse cuando desaparezcan todas las cadenas invisibles.

Es un momento precioso, cuando renunciamos a las máscaras que hemos trabajado toda nuestra vida para perfeccionar.

Todo lo que queda somos nosotros mismos, nuestro verdadero y divino Ser.

Es una experiencia única e inolvidable, el primer momento de toma de conciencia y un primer paso en el proceso de responsabilidad.

La conciencia de quién eres y de lo que realmente quieres abre las puertas a nuevas oportunidades de cambio en el proceso de alcanzar un estado de paz interior.

Cuando tomas conciencia, ya no juzgas ni etiquetas, ni tienes expectativas, ni sientes la necesidad de salvar a nadie.

Vives contigo mismo y con todo lo que te rodea, todo al mismo tiempo.

Este es el momento en que se produce la responsabilidad, siendo consciente de que tus actos influyen no sólo en los demás sino también en ti mismo, y también de que todo lo que te haces a ti mismo influye en toda la humanidad.

Cuando eres consciente, también eres responsable.

Estas características van de la mano y son inseparables.

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