Las palabras tienen poder.

Las palabras son poder.

Las palabras pueden ser tu poder.

Las palabras que utilizas, ya sea por escrito o verbalmente, pueden influir en cómo te perciben los demás.

Influyen en las decisiones que la gente tomará sobre usted.

Pueden construir o destruir tus relaciones.

Las palabras que pronunciamos son poderosas fuerzas de creación.

Si pudiéramos ver la energía que hay detrás de nuestras palabras y cómo ordenan, son respondidas y se manifiestan, las utilizaríamos con mucho cuidado.

Sin embargo, utilizamos las palabras como método de comunicación entre nosotros y a menudo no somos conscientes de que también nos comunicamos a muchos otros niveles cada vez que hablamos. Cada sonido que emitimos propaga una onda de energía que ayuda a crear nuestro mundo.

Las palabras han marcado la historia.

Han dado origen a ideas, iniciado guerras, inspirado a millones de personas y hecho ricas y famosas a otras.

Las palabras pueden herir, conmocionar y levantar el ánimo. Incluso pueden hacer que compremos cosas.

Las palabras pueden cambiar vidas, para bien o para mal. El rey Salomón dijo: "La muerte y la vida están en poder de la lengua".

Las palabras no sólo son poderosas, sino que pueden tener un impacto duradero.

¿Cómo le afectan las palabras?

Por desgracia, al igual que las palabras tienen el poder de curar, también tienen el poder de herir, dañar, debilitar y destruir.

Cuando alguien dice una palabra ofensiva que te hiere a un nivel muy profundo, puedes sentir como si te estuvieran clavando una espada.

Las palabras pueden herirte así porque llevan vibración y energía. La vibración y la energía adecuadas pueden penetrar fácilmente en tu cuerpo, curándote o haciéndote daño en lo más profundo de tu ser.

Cuando pronuncias palabras, estás lanzando tus vibraciones y pensamientos al campo magnético de la Tierra o campo mágico, que es el campo de energía que crea la realidad de la Tierra.

Una vez que comprendas el verdadero poder de las palabras, sabrás que éstas pueden afectar a tu energía, porque tienen la capacidad de dirigir y controlar la energía hasta cierto punto. Por eso, las palabras tienen propiedades mágicas.

Así que la próxima vez que pidas un deseo usando palabras, quizá quieras pensártelo dos veces antes de pedirlo. Como se suele decir, "ten cuidado con lo que deseas".

Las palabras curan

Antes de pronunciar las palabras, las creamos y escuchamos internamente en forma de pensamientos.

En su libro pionero y ya clásico, "Usted puede curar su vida", la consejera de autoayuda Louise Hay esbozó patrones de pensamiento arquetípicos que podrían causar o hacernos susceptibles a condiciones de vida adversas y a la enfermedad.

Louise Hay también da ejemplos de cómo pueden curarse y transformarse a través de pequeños y sencillos cambios en los procesos de pensamiento, que reacondicionan la mente para pensar de forma más positiva y afirmativa.

La historia de su vida personal es una prueba del poder del proceso, ya que superó con éxito un cáncer sin cirugía y emergió de experiencias vitales adversas para crearse un mundo alegre y satisfactorio.

Elija bien sus palabras

"Vigila tus pensamientos; se convierten en palabras. Vigila tus palabras; se convierten en acciones. Vigila tus acciones; se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos; se convierten en carácter. Vigila tu carácter; se convierte en tu destino" - cita de Lao-Tze.

Debemos ser conscientes de los pensamientos y sentimientos que recorren constantemente nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma. Esto es muy crucial, porque a menudo la forma en que nos comunicamos con los demás se ve afectada por nuestro mundo interior.

Sé consciente de tu lengua hoy. Haz inventario de cómo afecta a los demás.

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